Dieta e inicio de esclerosis multiple
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta al sistema nervioso central y que suele diagnosticarse en personas de entre 20 y 40 años. Produce trastornos cognitivos y físicos, como problemas de coordinación, parálisis, alteraciones sensoriales y problemas de visión. La EM se clasifica en subtipos como síndrome clínicamente aislado, remitente-recurrente, primaria progresiva y secundaria progresiva.
En Inglaterra se registran anualmente entre 8 y 11 nuevos casos de EM por cada 100.000 personas, y las mujeres tienen el doble de probabilidades de ser diagnosticadas que los hombres. En el desarrollo de la EM intervienen factores genéticos y ambientales como la exposición a la luz UVB, la infección por el virus de Epstein-Barr, la obesidad y el tabaquismo.
La dieta desempeña un papel crucial en la salud intestinal y puede influir en la EM a través del eje intestino-cerebro. Un reciente estudio del Biobanco del Reino Unido ha revelado que un estilo de vida saludable, que incluya actividad física regular, una dieta equilibrada y el mantenimiento de un IMC saludable, está inversamente relacionado con la prevalencia de la EM. El estudio también destacó los beneficios del consumo de verduras, pescado, marisco, frutos secos, lácteos y cereales integrales para mejorar los síntomas de la EM.
El estudio del Biobanco del Reino Unido realizó un seguimiento de 70.467 individuos durante 12 años, identificando 478 casos de EM. El tabaquismo, sobre todo entre los fumadores habituales, se relacionó con un mayor riesgo de EM, lo que sugiere que dejar de fumar podría reducir significativamente la incidencia de la EM. Otros factores de riesgo son la deficiencia de vitamina D, la infección por el VEB y la predisposición genética.
TEl consumo moderado de pescado azul y alcohol mostró un efecto protector contra la EM. Los ácidos grasos omega-3 del pescado y el consumo moderado de alcohol se relacionaron con un menor riesgo de EM, lo que respalda los hallazgos anteriores de que la dieta mediterránea ayuda a prevenir las enfermedades no transmisibles.
Es necesario seguir investigando para comprender cómo afectan determinados tipos de alcohol al riesgo de EM. En general, las modificaciones del estilo de vida, incluida la dieta y el abandono del tabaco, desempeñan un papel fundamental en la reducción del riesgo de EM y el control de los síntomas.