La conexión cerebro-intestino

23.06.2023

Los investigadores diseñaron una tecnología que permite sondear y controlar los circuitos neuronales entre el intestino y el cerebro, demostrando su capacidad para influir en la sensación de saciedad o el comportamiento de búsqueda de recompensas en ratones.

La interfaz utilizaba fibras flexibles incrustadas con sensores, sensores de temperatura y fuentes de luz para la estimulación optogenética. El objetivo es utilizar esta tecnología para explorar los vínculos entre la salud digestiva y afecciones neurológicas como el autismo y la enfermedad de Parkinson.

Este trabajo abre la posibilidad de tratar estas afecciones manipulando los circuitos periféricos de forma no invasiva.

Investigadores del MIT han desarrollado una tecnología que utiliza fibras incrustadas en sensores para controlar los circuitos neuronales entre el intestino y el cerebro, afectando a los comportamientos alimentarios en ratones.

Esta tecnología podría ofrecer información sobre la correlación entre la salud digestiva y afecciones neurológicas como el autismo y la enfermedad de Parkinson.

La investigación promete el tratamiento no invasivo de afecciones neurológicas mediante la manipulación de circuitos periféricos.

El cerebro y el tubo digestivo están en constante comunicación, transmitiendo señales que ayudan a controlar la alimentación y otros comportamientos. Esta extensa red de comunicación también influye en nuestro estado mental y se ha visto implicada en muchos trastornos neurológicos.

Los ingenieros del MIT han diseñado una nueva tecnología que puede utilizarse para sondear esas conexiones.

Utilizando fibras incrustadas con diversos sensores, así como fuentes de luz para la estimulación optogenética, los investigadores han demostrado que pueden controlar circuitos neuronales que conectan el intestino y el cerebro, en ratones.

En este nuevo estudio, los investigadores demostraron que podían inducir sensaciones de saciedad o comportamientos de búsqueda de recompensas en ratones manipulando células del intestino.

En futuros trabajos, esperan explorar algunas de las correlaciones que se han observado entre la salud digestiva y afecciones neurológicas como el autismo y la enfermedad de Parkinson.

Fuente: MIT