Lágrimas contra la violencia
Una nueva investigación, publicada el 21 de diciembre en la revista de acceso abierto PLOS Biology, demuestra que las lágrimas de las mujeres contienen sustancias químicas que bloquean la agresividad en los hombres.
El estudio, dirigido por Shani Agron, del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel, concluye que oler lágrimas reduce la actividad cerebral relacionada con la agresividad, lo que se traduce en un comportamiento menos agresivo.
En un escáner de resonancia magnética, las imágenes funcionales mostraron dos regiones cerebrales relacionadas con la agresividad -el córtex prefrontal y la ínsula anterior- que se volvían más activas cuando los hombres eran provocados durante un juego, pero no se volvían tan activas en las mismas situaciones cuando los hombres esnifaban las lágrimas.
Encontrar este vínculo entre las lágrimas, la actividad cerebral y el comportamiento agresivo implica que la quimoseñalización social es un factor de la agresividad humana, no una simple curiosidad animal.