Moverse más, vivir mejor: La actividad física reduce el riesgo de demencia, ansiedad y otras enfermedades
Las personas que realizan actividad física moderada a vigorosa pueden tener menos riesgo de desarrollar demencia, accidentes cerebrovasculares, ansiedad, depresión y trastornos del sueño, según un estudio preliminar presentado en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología, que se celebrará del 5 al 9 de abril de 2025 en San Diego y en línea.
El estudio también encontró que pasar más tiempo sentado aumenta la probabilidad de desarrollar estas enfermedades. "Esta investigación resalta el papel de la actividad física y el comportamiento sedentario como factores modificables que pueden mejorar la salud cerebral y reducir la incidencia de estas enfermedades", dijo Jia-Yi Wu, MD, de la Universidad de Fudan en Shanghái, China.
Los investigadores analizaron datos de 73,411 personas con una edad promedio de 56 años, quienes usaron acelerómetros durante siete días para medir su actividad física, el gasto energético y el tiempo que pasaban sentados. Se usaron equivalentes metabólicos (METs) para cuantificar el gasto energético. La actividad moderada a vigorosa se definió como aquella que superaba los tres METs, como caminar o limpiar (3 METs) y el ciclismo intenso (alrededor de 6 METs).
Las personas con mayor gasto energético en actividad física tenían entre un 14% y un 40% menos riesgo de desarrollar estas enfermedades en comparación con las menos activas. Quienes no desarrollaron enfermedades tenían un gasto medio diario de 1.22 kilojulios por kilogramo, mientras que quienes desarrollaron demencia tenían 0.85, trastornos del sueño 0.95, accidentes cerebrovasculares 1.02, depresión 1.08 y ansiedad 1.10.
El tiempo sentado también influyó en el riesgo, con un aumento del 5% al 54% en quienes pasaban más tiempo en esta posición. Wu destacó que el uso de dispositivos de medición en un gran número de participantes refuerza la validez de estos hallazgos, que pueden servir para diseñar estrategias de prevención.
Una limitación del estudio es que el 96% de los participantes eran personas blancas, por lo que los resultados pueden no aplicarse a otras poblaciones. El estudio fue financiado por el proyecto "Ciencia del Cerebro e Inteligencia Artificial Inspirada en el Cerebro".