Un análisis de sangre podría predecir el riesgo de ictus y deterioro cognitivo
Un estudio reciente realizado por UCLA Health sugiere que un simple análisis de sangre podría servir como herramienta eficaz para determinar la susceptibilidad de un individuo a sufrir un ictus y deterioro cognitivo en etapas posteriores de su vida. Publicado en la revista Stroke, el estudio se centró en la medición de las concentraciones de moléculas inflamatorias en la sangre para calcular una puntuación de riesgo de enfermedad cerebral de pequeños vasos, precursora habitual del ictus y el deterioro cognitivo entre las personas mayores.
Tradicionalmente, la evaluación del riesgo de enfermedades vasculares cerebrales se ha basado en una combinación de técnicas de imagen, antecedentes familiares, datos demográficos y otros factores de riesgo. Sin embargo, este enfoque suele identificar el riesgo sólo después de que una persona haya sufrido un ictus o un evento relacionado. En cambio, el nuevo estudio propone un método proactivo de evaluación del riesgo mediante el análisis de moléculas inflamatorias en la sangre de individuos que aún no han sufrido tales acontecimientos.
El estudio examinó específicamente una red de moléculas inflamatorias conocida como red de interleucina-18 (IL-18), que en investigaciones anteriores se ha relacionado con la enfermedad cerebral de los vasos pequeños y el riesgo de ictus. Sin embargo, las concentraciones de moléculas individuales dentro de esta red pueden variar debido a factores como la enfermedad, lo que limita su precisión predictiva. Basándose en investigaciones anteriores, el estudio pretendía determinar si la red de IL-18 podía evaluar de forma fiable el riesgo de ictus y la susceptibilidad al deterioro cognitivo.
Utilizando datos del Framingham Heart Study -una investigación a largo plazo que sigue la salud de miles de individuos a lo largo de varias generaciones-, los investigadores analizaron muestras de sangre e historiales médicos para crear un modelo matemático de predicción del riesgo de ictus basado en las concentraciones de moléculas de la red IL-18. Los resultados mostraron que los individuos con puntuaciones de riesgo más elevadas, según determinaba el modelo, eran significativamente más propensos a sufrir un ictus a lo largo de su vida.
Sin embargo, el estudio también puso de relieve la necesidad de seguir investigando para comprender cómo pueden modificarse o reducirse estas puntuaciones de riesgo para prevenir los accidentes cerebrovasculares y otros eventos relacionados. El Dr. Jason Hinman, autor principal del estudio, subrayó la importancia de la detección e intervención tempranas en los centros de atención primaria para prevenir los accidentes cerebrovasculares antes de que se produzcan.
En resumen, el estudio subraya el potencial de un análisis de sangre que utilice la red IL-18 para predecir el riesgo de ictus y el deterioro cognitivo, lo que ofrece una vía prometedora para las intervenciones sanitarias proactivas en la prevención de ictus.
Fuente: News Medical